viernes, 21 de diciembre de 2012
Juan Carlos García: un cuerpo para pensar en la infidelidad
El galán venezolano Juan Carlos García, quien asume el rol de Rubén Ascanio en la telenovela “Dulce Amargo”, transmitida de lunes a sábado, a las 9 de la noche, por Televen, dice sentirse a gusto interpretando un personaje distinto a los que acostumbra y perteneciendo a una telenovela que rompe esquemas.
Rubén, es adicto al sexo, disfruta el día a día, ama a su esposa Sofía –Alejandra Sandoval- y es leal a ella, pero no fiel, pues no cree en la fidelidad. Le encanta experimentar y sentir emociones con otras mujeres, porque piensa que siempre hay algo nuevo por descubrir. Vive muchos romances, entre ellos con Cristina -Anabel Rivero- la mejor amiga de su esposa.
El actor, que ha ocupado en varias ocasiones los primeros lugares en las listas de los mejores cuerpos masculinos en la farándula nacional, asegura que en el mundo actoral es necesario que exista una balanza entre lo actoral y lo físico: “La actuación no solamente es la parte actoral, yo creo uno también tiene que prepararse físicamente para asumir los personajes y hoy en día en el mundo tan globalizado en el que estamos, hay mucha competencia y si uno puede estar bien físicamente tienes un punto a favor”.
¿Por qué quisiste estar en Dulce Amargo?
JC: Cuando me propusieron el proyecto y me explicaron como era el personaje, inmediatamente me llamó la atención; Rubén es un tipo de personaje que nunca había hecho y que fuese una novela que rompiera esquemas, atípica y en donde se cuentan historias de relaciones de parejas entre los 30 y 40 años de edad, me llamó mucho más la atención.
¿Cómo defines a Rubén?
JC: Rubén es un enfermo del sexo, un hombre que le monta cachos a su mujer pero que también es un tipo encantador. Yo traté de buscar como hacer para suavizarlo un poco, dándole un toque especial, sacando al niño que lleva por dentro, porque para mí, Rubén es un niño grande que no ha madurado y toda esa inmadurez lo hace ser como es.
Es un tema muy delicado porque existe una línea muy delgada entre lo sexual y lo grotesco y Rubén puede llegar a ser hasta odiado por todas las faltas que comete.
¿Qué opina Juan Carlos García sobre la infidelidad?
JC: Que hay mucha tentación (Risas), evidentemente si no tienes un hogar estable y si no sabes ver hacia adentro los problemas que tienes como pareja, evidentemente la infidelidad puede llegar. La idea está en ver los problemas y las carencias que se tienen como pareja y tratar de subsanarlas, de trabajarlas para que si en algún momento llega alguna tentación, saber echarla a un lado. La infidelidad no llega por sí sola, llega porque algo puede estar fallando en una relación.
Por lo que hemos podido ver hasta ahora, Rubén y Sofía tienen el problema de la infidelidad pero además de este... ¿Qué otros problemas vamos a encontrar? ¡Muchos! porque así como Rubén es enfermo del sexo y Sofía es celópata, habrá un momento en donde se cambien los papeles.
¿Podrías contar alguna anécdota que haya ocurrido en alguna grabación de la novela?
JC: Haciendo el demo para Telemundo, teníamos ya como 16 ó 17 horas trabajando y estábamos llegando a una casa donde íbamos a hacer la última toma, yo estaba cansadísimo y estábamos cruzando de la casa hacia el jardín, iba hablando con Alejandra Sandoval y no me di cuenta de que había como un puentecito con agua de ambos lados, ella caminó por el puente y yo caminé y caí en la piscina vestido. El cansancio no me alertó de que ese no era el camino (Risas).
¿Cómo es la relación con el resto del elenco?...mexicanos, venezolanos… ¿Han logrado tener buena relación?
JC: Pareciera que hubiésemos hecho como 5 novelas juntos. Somos un grupo muy compacto, muy unido y así como somos un grupo pequeño en la novela, así mismo nos hemos unido y yo creo que la relación que tenemos es envidiable porque todos nos llevamos excelente.
Creo que todo eso se siente en pantalla, la gente lo esta captando, lo está sintiendo y todo eso juega a favor de la novela.
¿Qué es aquello que no le puedes esconder al HD?
JC: Las líneas de expresión creo yo (risas), para nadie es un secreto que voy a cumplir 42 años y ya hay cosas que se empiezan a notar. Evidentemente el HD hace ver todo más claro y siempre que uno tenga defectos, pues todo se va ampliando. Pero no le tengo miedo a eso, yo soy así y creo que los personajes tienen que ser reales, tienen que verse como son en la vida real.
No trato de esconder nada, me maquillo poco y si es en HD pues bueno, así es Rubén, yo le presto físicamente todo a él, entonces Rubén es así con sus defectos, con sus virtudes, con sus marcas, todo eso tiene que salir en pantalla.
¿Qué retos has tenido que afrontar a lo largo de tu carrera?
JC: Quizás un poco quitarte esa imagen de empaque cuando entras a este mundo, es decir, te ven que vienes del modelaje y muchas veces no se fijan en si tienes o no talento, a veces lo que ven es si físicamente estás bien y quizás se van por ese lado.
Con los años me he ido ganando un poquito el respeto por ese lado y he hecho que haya una balanza porque la actuación no solamente es la parte actoral, uno también tiene que prepararse físicamente para asumir los personajes y hoy en día en el mundo tan globalizado en el que estamos hay mucha competencia y si uno puede estar bien físicamente, tienes un punto a favor.
He tratado de aprender un poco más de cada una de las novelas que he hecho y he tratado de diferenciar todos los personajes que he hecho para no repetirlos… creo que todo eso ha rendido sus frutos.
En trece años de carrera que tengo, me ha ido bastante bien gracias a Dios.
¿Cómo es un día sin cámaras en la vida de Juan Carlos?
JC: ¡Sabroso!, a veces hacen falta las cámaras pero cuando ya llevas tiempo grabando te hacen falta esos días libres, sobre todo yo que soy papá. Cuando tengo un día libre, me dedico a mí y a mi familia, hago otras cosas y siempre estoy activo.
Además de “Dulce Amargo”, ¿En qué andas, laboralmente hablando?
JC: Estoy con la obra de teatro “Reflexiones” que ya está en su segunda temporada y aparte de ser actor, la produzco. Estoy empezando a producir teatro y para el año que viene van a venir varias cositas buenas. Ahorita estoy enfocado en Dulce Amargo y en la obra. La gente piensa que esto es fácil, pero a veces uno pasa desde la mañana hasta la noche trabajando y tienes que llegar a tu casa a echarte un baño y ponerte a estudiar porque al día siguiente tienes quince escenas que hacer. El tren de grabación es fuerte y no te deja hacer muchas cosas por fuera.