viernes, 15 de julio de 2011

Luis Olavarrieta: “Aún conservo la sinceridad de los niños”


El irreverente animador de Vitrina en Construcción, quien divierte con sus ocurrencias a los televidentes, de lunes a viernes a las 10 de la mañana, por Televen, cuenta algunos de sus recuerdos de la infancia y confiesa entre risas, que de niño, era todo un terremoto.

Un recuerdo especial que conserves de tu niñez
Yo soy muy olfativo y visual, recuerdo el chocolate caliente de mi abuela, el aroma de mi casa en La Unión, vivíamos muy cerca del monte; de unos portugueses que tenían haciendas y sembradíos de jojoto. Recuerdo esos colores y olores y me traslado directamente a mi infancia.

El regalo o el juguete que más recuerdas de cuando eras niño
Tuve la particularidad de tener hermanos morochos y tenemos casi la misma edad. Entonces siempre tuve un regalo por tres, como era el mayor, siempre dañaba el mío y me quedaban dos de repuesto.

Decirte un juguete en particular, el Castillo de He Man. Recuerdo que mi mamá me compró a mí el Castillo de He Man, a mi hermano el de Skeletor y a mi otro hermano La Batalla de GI JOE. Recuerdo que mi castillo me duró como 2 semanas y después tenía el de Skeletor en mi cuarto. (Risas).

Alguna costumbre de cuando eras niño

Siempre fui un niño muy prematuro, avanzado. Lo que extrañaron siempre en mi familia es que era muy flojo, caminé casi que a los 2 años, gateé al año y medio, porque era muy gordo y como era el primer hijo siempre fui muy consentido.

Comiquita favorita de esa época:
No era muy comiquero, ¡nunca, jamás! Recuerdo que mis hermanos veían (menos mal que viven en Estados unidos los dos y no me pueden insultar por lo que te voy a decir) pero uno de ellos veía Los Ositos Cariñosos y otro Pequeño Pony y yo detestaba ver eso.

A mí siempre me encantaban las películas de Disney. Mi papá me ponía El Mago de Oz con Judy Garland y July Andrews de La Novicia Rebelde me encantaba. Yo tenía como 3 años y aunque no lo creas, tarareaba las canciones. De ahí creo que me parte el gusto por los musicales.

Una comida de tu infancia
La pastina de mi mamá que era con queso fundido y tocineta. ¡Sin lugar a dudas! Que por supuesto ahorita no puedo comer eso porque es un pote de calorías. El chocolate de mi abuela indudablemente y mi nana me preparaba una comida típica de Colombia que se llamaba salchipapa. Era una papa rellena de salchichas y después que la rellenabas la freías. ¡Eso era una bomba que me encantaba!

La mejor fiesta que te hicieron
Me acuerdo de las fiestas de He Man, de Snoopy, pero eso no me lo “tripeé” mucho. Recuerdo mi fiesta de primera comunión que sí me la gocé mucho, porque mi mamá hizo una gran fiesta. En ese momento fueron Las Sardinas de Naiguatá, Un Solo Pueblo. Eso fue un rumbón, había unas mesas de helados como de tres metros, mesas de postre. Entonces estaba feliz, porque era lo máximo esa fiesta, además estaban todos mis amiguitos del colegio que eran como 45. Esa me la disfruté mucho…

Una chuchería que adorabas y que ya no se consiga más en el mercado
El Papaupa y el Bubaloo. Yo fui imagen del Bubaloo como por 10 años cuando era niño y comí chicle toda mi infancia, porque siempre me llegaban a la casa un motón de cajas de chicle. Inclusive mis amigos me pusieron un apodo por eso y todavía, los que me conocen de esa época, me dicen Buba.

El chicle me caracterizó bastante, además con el chicle hacía todas las maldades que me daba la gana. Hasta que mi mamá un día se obstinó y dijo que en la casa no se comía más chicle.

¿En qué sigue siendo Luis un niño?
Yo creo que no tengo filtro. Mi mamá me cuenta que cada vez que veía a alguien que me caía mal se lo decía en la cara. Decía: “mamá no me gusta, me cae mal”. Y creo que sigo siendo igualito; al que me cae mal se lo digo, no me lo reservo. Creo que esa sinceridad del niño todavía la conservo.

Si pudieras regalarte algo el Día del Niño qué te regalarías
De verdad, una semana de vacaciones sin pararme a las 5 de la mañana.

El mejor compañero para jugar en tu niñez fue…
¡Wao! fueron tantos. Éramos muchos primos, pero recuerdo mucho a mi primo Eduardo, mi amigo Fernando Canales, mi amiga Rosalinda, mis primitos Arcile y Betania, recuerdo mucha gente.

Claro, a medida que fui creciendo nadie quería jugar conmigo. Yo tengo unas primas que no me hablan me agarraron rabia de lo terremoto que fui de niño con ellas. Las encerraba en el armario, las dejaba mediodía hasta que mi mamá llegaba, una vez encerré a una en la terraza y la empapé con una manguera y pobrecita casi le da una neumonía (risas). Cosas así de chamos, pero siempre tengo esos buenos recuerdos.