jueves, 30 de octubre de 2014

Eduardo Victoria habla de su personaje en Nora

Arraigado a los sentimientos que le agobian y a la vez satisfacen, el histrión encabeza el staff de personajes. Es un alto funcionario que lucha, en ocasiones, por la justicia y los pasos que da en un mundo lleno de misterios y mentiras se pueden seguir en Nora, dramático transmitido en horario estelar por TELEVEN.

Diez meses bastaron para que el actor mexicano Eduardo Victoria conociera paraísos naturales de Venezuela y la calidez de su gente. Al menos, eso destaca en cada una de sus palabras referidas a la experiencia de trabajar en la producción dramática de TELEVEN, en alianza con Telemundo y Cadena Tres, Nora, rodada totalmente en el país.
Victoria, en la historia que se transmite de lunes a sábado, a las 9 de la noche, da vida a Daniel Moros, un experto policía de alto rango, que continúa desplazándose entre los enigmas de los poderes fácticos y el amor que siente por Nora (Carla Giraldo).

El azteca, con vasta trayectoria en la industria de la televisión en México, EE.UU. y otros países de habla hispana, define su personaje como “un hombre de muchas carencias afectivas que vierte su personalidad en oscuras actitudes que poco a poco se han ido develando en la trama. Los principios para él quedaron atrás”.

Nora, escrita por el laureado Ibsen Martínez, más allá de mostrar la lucha entre poderes y rasgos de una sociedad que anhela el surgimiento en diversos ámbitos,  dibuja a Daniel Moros como el hombre que sabe lo importante que es dejar claro que su hombría y virilidad es tarjeta de presentación. “Él ha sabido manejarse exitosamente y funcionar como alguien que merece respeto y admiración. Representa las ansias del hombre latinoamericano por recuperar el báculo que ha perdido ante el surgimiento del liderazgo femenino”.

En la trama, que se adueña en horario estelar de la pantalla del canal de la bolita roja, Daniel Moros vive su idilio junto a su cuñada Flor Elena (Luciana Silveyra), hermana de su difunta esposa, con quien vive bajas tentaciones y un romance que disipa lo “oscuro que aún está por venir”. 

Confeso amante del país y sus bellezas naturales, aprovecha la entrevista para rememorar que vivió maravillosas experiencias en Lomas de Caruao, estado Vargas, Los Roques y en Puerto Cabello, éste sirvió para dar vida a varias escenas de la súper producción que transmite actualmente TELEVEN.

Desde su perspectiva, cómo definiría a Daniel Moros…
-Él es un personaje que juega un papel entre dos mundos. El mundo interno que lo atormenta y el externo, el real, donde funge como padre de familia, un funcionario exitoso; persona exitosa que logra sus metas siempre a base de inteligencia, raciocinio y una intuición muy refinada. Sin embargo, tiene una batalla consigo mismo, con su sombra, y eso determina su error trágico en toda esta pieza. Es un personaje que tiene sus complejidades, su código ético es cuestionable por esta lucha interior, pero pelea por lo que quiere y está acostumbrado a lograrlo. Es un hombre de razón, dominado por la pasión. Su pasión se refleja en el amor que ha descubierto hacia Nora.

¿Y seguirá enfrentándose al triángulo amoroso entre Nora y Félix?
-Ha habido una perspectiva amorosa que surgió cuando su amor enfrenta ese obstáculo, por el protagonista, Felix, el cual entró a ser como una especie de reto, una especie de maldición. Él seguirá sorteando los avatares que se le van presentando en el camino. Es un hombre con un pasado, muy oscuro, que lo toma y le hace luchar interiormente con él mismo, también se sabrá… más adelante.

¿Cómo va la relación de Daniel con la familia O’Lobo?
-Hay una relación prácticamente corporativa, mi personaje es un funcionario de alto perfil, y tiene el nexo profesional con el líder de la familia, Otoniel O’Lobo, aunque no haya amistad, ni relación cercana, se conocieron en las cúpulas de poder. Digamos que se conocen y respetan, hasta ahí.

Ha trabajado en producciones hispanas y norteamericanas ¿Qué pensó cuando le dijeron que venía a Venezuela?
-Fue maravilloso. Desde que me coquetearon la idea en 2013 los de Cadena 3, sin dudarlo lo acepté, sin saber a qué me metía por supuesto, pero sencillamente tenía mucho interés en conocer el país (Venezuela) y poder participar dentro de una industria que se ha caracterizado también por llevar la pauta en el melodrama y en las telenovelas, en la televisión.  Yo no conocía Venezuela, por eso me interesaba muchísimo también. Digo qué no sabía lo que me metía no por el proyecto, sino por las condiciones que en ese momento estaban dadas en el país. Me sorprendo cuando llego porque me topé con un país bellísimo, tanto así que si me preguntan ‘resume a Venezuela en una palabra’, respondería: belleza. En todos los ámbitos, en su máxima expresión. Descubrí una belleza cultural que se refleja en todo lo que uno puede apreciar como arte, producciones, arquitectura, gente. Además, trabajar con TELEVEN y Telemundo fue una experiencia enriquecedora y agradable.

¿Daniel Moros es una copia al carbón del hombre latinoaméricano?
-Hay algo muy acertado en esta historia,  cada uno de los personajes tiene una dimensión muy latinoamericana. Es decir, por eso se presta para que Nora se desarrolle en un contexto abierto, ambiguo, que puede ser cualquier país de Latinoamérica, o todos los países de la región en uno. Es toda una fusión de identidades. Daniel Moros es un arquetipo, de estos hombres que se dedica a dejar claro que su hombría y virilidad es su tarjeta de presentación, y haciéndose valer como tal. Es un personaje machista, pero sin juzgarlo, entendiendo cuáles son sus detonadores emocionales y psicológicos.

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar en un texto original de Ibsen Martínez?
-Mi única auto exigencia como actor, siempre que voy a iniciar un proyecto, es a qué voy le voy a apostar en términos de contenido. Cuando elijo un proyecto, siempre uno tiene que enamorarse de la historia. Más que enamorado, tiene que estar conectado y que exista un nexo con ésta y qué todo el proyecto en sí esté concebido por alguien que tenga una propuesta que sobresalga del resto. Cuando llegó, luego de conocer la historia, supe que Ibsen tiene un gran repertorio de historias, como pensador, crítico, columnista. Una voz que trasciende fronteras. Excelente entonces.

¿Qué se llevó de Venezuela?
-Me traje mucho. El país me aportó una serie de sabores tan ricos, inolvidables. Me traje la gran fortuna de tener nuevas y estupendas amistades. La grata sorpresa de la afinidad que existe entre los mexicanos y los venezolanos.

Todo el mundo se pregunta: al final Daniel se queda con Nora…
-(Risas) es que eso es un enigma que ni yo he podido resolver. Todavía no lo sé. Estamos esperando. Lo que si te digo es que Daniel está enamorado de Nora.