lunes, 30 de diciembre de 2013

Osman Aray: Los niños siempre reviven la magia de las navidades

Espera ansiosamente la llegada del 2014

Estas navidades para el animador de La Bomba se han convertido particularmente en inolvidables gracias al ameno compartir y deseos que han expresado los pequeños que todos los sábados le acompañan en el programa Consentidos Estrellas

Al tiempo que alista las maletas para viajar a España para recibir el nuevo año, Aray aprovecha las festividades para analizar todo lo vivido durante los meses que ya expiraron y esquematizar todas las metas que formarán parte del 2014, un año que estará marcado con buenas nuevas para el Televen y para su entorno profesional.

Adelantó que existe un proyecto que aún se gesta y que podría anunciarlo el próximo año, sin embargo dejó claro su intención de seguir frente a la propuesta que exhibe el talento y la chispa de los consentidos de los hogares venezolanos.

El abrazo familiar y los sabores típicos de la Navidad venezolana son también dos cosas que el animador resalta entre el regocijo que llega para él con la festividad pascual.

¿Cómo festejarás la llegada del 2014?
-Este año será un poco diferente. Recibiré el año nuevo en España y tomaré unos días para compartir con mis amistades. Me encanta pasarla con mi familia, pero particularmente este año tuve muchísimo trabajo y decidí echarme una escapadita del cobijo familiar. Casi siempre lo recibo junto a mis seres queridos, pero esta vez estaré un poco más lejos. Claro, la llamada no faltará para desearle un año colmado de cosas buenas.

Además de las hallacas a qué sabe la Navidad…
-La comida en general es lo que más nos gusta en esta época y el reencuentro con las amistades y la familia, pero por ejemplo la ensalada de gallina marca mis navidades por ser mi favorita. Además sabe a reflexión, realizar un balance de lo acontecido en el año y valorar a tanta gente que estuvo apoyándonos. Es una época maravillosa, muy bonita; el sentimiento está a flor de piel.

¿Qué no ha faltado en tu casa estas fechas?
-Además de la fiesta, el buen ánimo de los amigos y la familia. No falta tampoco las ganas de poder estar con mi padre y mi madre, independientemente de que a veces no lo pueda lograr, pero siento que es algo que nunca falta, esa necesidad de abrazarlos a las 12 de la medianoche.

¿Existe un regalo de Navidad que no olvidas?
-Recuerdo siempre cuando recibí un piano que me trajo el Niño Jesús, fue increíble la emoción que sentí; los intercambios y el bochinche que se armaba en casa también es uno de esos regalos inolvidables.

¿Te vas a comer las uvas y sacar las maletas cuando llegue el nuevo año? 
-(Risas) Por supuesto, siempre hay algo que uno hace, como buen venezolano la tradición pasa de generación en generación; Hago, por ejemplo el de poner dinero en el zapato izquierdo antes de las doce campanadas, sacar las maletas y las doce uvas que simbolizan los deseos para el nuevo año, todo eso es propio de la Navidad. 

Algunos planes ya pensados para el 2014…
-Seguir en esta mi casa, Televen, y hay un nuevo proyecto inmenso que todavía lo estamos organizando, también Consentidos Estrellas se seguirá consolidando y me siento súper feliz porque permanece muy bien en el mundo infantil. El año próximo tendré la intención que este show sea un espectáculo multitudinario donde se pueda presentar el talento de los niños al público de todo el país en diferentes escenarios.

¿Cómo son ahora tus navidades rodeados de tantos consentidos?
-De verdad súper especial. Todos nuestros pequeños me han contagiado con una energía y ánimo único. Hicimos la fiesta de Consentidos Estrellas y realmente fue espectacular verlos allí talentosos, con tanto amor por la tradición, por el arte, por su escuela, por su familia. Los niños de alguna manera nos reencuentra con ese infante que llevamos dentro y nos recuerda la belleza y lo sublime que pueden ser los pensamientos y tus emociones cuando tienes esa edad; cuando eres adulto a veces se pierde y por eso tenemos que luchar como adultos que eso esté ausente; la magia y esas ganas de ser risueño no se debe dejar al lado.